La última información difundida por INDEC muestra que hubo un incremento en la tasa de participación laboral, que pasó de un 44,5% de la población total en el segundo trimestre de 2015 al 46% en idéntico periodo de 2016. Este crecimiento no ocurre, lamentablemente, por mejoras sustanciales en las reglas institucionales de funcionamiento del mercado de trabajo, sino por un contexto económico adverso.
Economía
Hoy el envejecimiento de la población es la norma en el mundo. Este cambio implica el abandono de las nociones existentes sobre la vejez, el trabajo y el retiro laboral. Los adultos mayores tienen cada vez más influencia en los mercados. Es necesario que los gobiernos, las comunidades y los trabajadores sean conscientes de esta tendencia.
El régimen fueguino no desarrolla un polo tecnológico; no ahorra divisas; genera enormes sobre-precios; tiene un costo fiscal exorbitante y engorda los bolsillos de los empresarios del sector. El único rasgo virtuoso del régimen es que permite la generación de empleo en un rincón recóndito del país. Sus costos son a todas luces excesivos para los beneficios que genera. Pero las señales oficiales al respecto son ambiguas.
En las condiciones actuales de alta inflación y de acumulación de ingresos muy cerca de la línea de pobreza, las variaciones en la tasa de pobreza deben ser tomadas con extrema cautela, ya que son muy erráticas e hipersensibles a las mas mínimas de las variaciones, que provienen tanto del derrotero de la economía como de las decisiones que hayan tomado los analistas para su cálculo.
Según la leyenda, ser anfitrión de los Juegos constituye un gran beneficio económico.
Las reformas implementadas para la correción de subsidios parecen enfrentarse al dilema del vaso medio lleno y medio vacío. Por un lado direccionan los subsidios hacia quienes más los necesitan, pero por otro requieren una revisión sobre aquellos que no califican para la Tarifa Social y se ubican en los sectores medios.
Este año cerraría con una caída en el nivel de actividad que estaría entre 0,5% y 1% y la inflación cerrará entre 35% y 40%. Sin embargo, este escenario deja a la economía bien parada de cara al 2017, con una incipiente recuperación y una inflación con tendencia a la baja. Pero para que este proceso sea sostenible, será necesario reducir tanto el déficit fiscal como la presión tributaria que no sólo es muy elevada, sino que además está basada de un sistema tributario desordenado y complejo.
La asociación de los beneficios de las medidas económicas con la llegada del segundo semestre fue una sobreestimación del impacto de las expectativas y es consecuencia de no haber considerado plenamente la magnitud de las distorsiones existentes. Si bien la segunda mitad del año no será la tierra prometida, la mayoría de las variables macroeconómicas comenzarán a mostrar una tendencia más alentadora.